
Conoce mi Historia
María Renee Barrios, nacida el 27 de junio de 1964 en Yacuiba, ha vivido una vida marcada por la adversidad, el trabajo duro y un inquebrantable compromiso con su comunidad. Desde una temprana edad, enfrentó desafíos significativos, incluida la responsabilidad de contribuir al sustento de su familia vendiendo frutas en las calles, lo que no solo demostró su fortaleza, sino también un espíritu empresarial naciente. A pesar de los obstáculos, no solo continuó con su educación nocturna sino que también asumió un rol temprano en la fuerza policial, marcando el comienzo de su dedicación al servicio público.
Su vida personal ha sido igualmente desafiante y enriquecedora, criando cuatro hijos de su primer matrimonio y encontrando en su esposo, Fernando Gallardo, un compañero solidario tanto en la vida familiar como en sus esfuerzos filantrópicos. Juntos, han trabajado no solo en fortalecer su núcleo familiar sino también en contribuir significativamente a su comunidad a través de diversas iniciativas sociales.
Su carrera política ha sido notable. Su primer contacto con la política fue a la temprana edad de 13 años, un encuentro que no solo dejó una impresión duradera sino que también definió su trayectoria de vida. Trabajando inicialmente en el Ministerio de Gobierno y el Ministerio de Agricultura, amplió su perspectiva sobre las necesidades de su comunidad y reforzó su pasión por el servicio público. Su verdadera llamada se manifestó al unirse al Movimiento Nacionalista Revolucionario, donde lideró el comando femenino en Yacuiba, ganando experiencia valiosa y estableciendo relaciones significativas.
La dedicación y el liderazgo de María Renee fueron reconocidos cuando fue electa Asambleísta Regional del Gran Chaco en dos ocasiones distintas, un logro que habla de la confianza y el respeto que la comunidad tiene hacia ella. Durante su primera gestión, no solo fue reelecta como vicepresidenta de la asamblea regional por tres años consecutivos, sino que también usó prácticamente todo su salario para apoyar la Organización de Mujeres Autonomistas “Juana Azurduy de Padilla” (OMAJAP), empoderando a más de 500 mujeres en la región. Su impacto se extendió más allá de la política formal, invirtiendo en proyectos sociales y de desarrollo comunitario que reflejan las lecciones de empatía y comunidad aprendidas desde la niñez.
Recientemente, ha sido reelecta vicepresidenta en la nueva gestión de la Asamblea Regional, un testimonio de su liderazgo continuo y la fe inquebrantable que su comunidad deposita en ella. A lo largo de su carrera, ha impulsado proyectos significativos y legislaciones que reflejan las necesidades y aspiraciones de su comunidad, siempre con un enfoque en la ayuda social y humanitaria.
A pesar de los retos y los éxitos, sigue siendo fiel a sus raíces, manteniendo un vínculo estrecho con la tierra a través de la ganadería y la agricultura. Esta conexión con el campo no solo simboliza su amor por su tierra natal, sino que también ha sido fundamental para financiar numerosas actividades sociales que ha emprendido. Su historia es una de determinación, servicio y un deseo profundo de mejorar la vida de aquellos a su alrededor, dejando un legado duradero en la región del Gran Chaco y más allá.